FALANGE E IDEOLOGÍAS PRESUNTAMENTE AFINES
Por Julio Alberto Alfonso
Introducción
Desde el mismo nacimiento de Falange Española ha sido constante la identificación que se ha hecho entre ella y otras ideologías presuntamente afines, especialmente en lo que respecta al justicialismo -peronismo-, a la Guardia de Hierro rumana y al fascismo de la República Social Italiana. En los demás casos (nacionalsocialismo, fascismo del ventenio, sinarquismo mejicano, rexismo, etc.) la identificación resulta aún más forzada, y normalmente suele deberse tanto o más a la falta de rigor como a la mala fe.
Para empezar, es indudable el origen común de casi todas estas ideologías que se han querido agrupar como “fascistas”. Tal denominación no es en absoluto rigurosa, pues en realidad sólo en el caso italiano –y algún otro menos importante- la palabra “fascismo” resulta adecuada, pero sí que se ha generalizado hasta tal extremo que cada vez resulta más aceptada. Si entendemos el fascismo en un sentido tan amplio perderemos en rigor lo que ganaremos en simplificación. De todas formas lo mismo ocurre con las ideologías llamadas de “izquierdas” o de “derechas”, pues dentro de cada grupo se incluyen tendencias que en ocasiones poco tienen que ver entre sí. Sólo en un sentido así de amplio puede tener cierto sentido la inclusión del falangismo dentro del fascismo, pero no se pueden ocultar las notables diferencias existentes, mucho más de fondo que de forma.
Cuando en los años veinte y treinta del pasado siglo comienzan a surgir las ideologías reseñadas, se impone pronto la estética y la actitud del fascismo italiano, dado que es el primero en triunfar. Se generalizan el saludo íbero-romano, el uso de uniformes, las grandes concentraciones de masas, etc. Sin embargo, aparte de esa influencia estética, lo que verdaderamente influye del fascismo en esa serie de movimientos nacientes es una actitud: la vuelta a la autenticidad nacional de cada país. Es lo que decía José Antonio cuando afirmaba que Italia se había mirado y se había encontrado así misma, y que de la misma manera nosotros nos habíamos encontrado a nosotros mismos mirando hacia España. Así Italia había descubierto el fascismo, pero España el falangismo. De hecho él mismo veía unas diferencias abismales entre el fascismo italiano y el nacionalsocialismo alemán que, aunque no del todo exactas, sí que existen, dado que poco tiene que ver la mentalidad italiana con la alemana o con la española. De ahí su repetido rechazo del fascismo y su decidida negativa a la consideración de la Falange como movimiento fascista.
Pero dicho esto, interesa desgranar, siquiera brevemente, todas estas ideologías para ver tanto las similitudes como las diferencias, pues todas tienen algo en común (aunque sólo sea alguna idea o alguna inquietud) y todas tienen diferencias mayores o menores.
NUESTRAS DIFERENCIAS
Con el fascismo: Sin detenernos en el rechazo que en numerosas ocasiones manifestó José Antonio Primo de Rivera a ser calificado de fascista cuando el término aún no tenía la connotación negativa que ha tenido desde la II Guerra Mundial, sí interesa detenernos en el fondo de la construcción ideológica de ambos movimientos y ver las diferencias.
Lo primero que llama la atención es la diferente concepción del hombre y de la vida. Mientras que para el falangismo el hombre tiene un sentido trascendente y debe ser el eje del sistema, para el fascismo es el protagonista de una lucha permanente. Así, lo que para nosotros es abnegación, sacrificio y servicio, para el fascismo es osadía, riesgo y voluntad de poder. Se trata de dos cosmovisiones del hombre completamente distintas, una basada profundamente en la interpretación católica de la vida, y la otra de una raíz más bien paganizante y hegeliana. De hecho, concebimos al hombre como compuesto de un cuerpo y un alma que es capaz de condenarse y de salvarse, mientras que el fascismo negaba tajantemente ese dualismo en nombre de “la síntesis del espíritu”, considerando sólo “al hombre en su relación inmanente con una ley superior, una voluntad objetiva” que sólo podía ser la del Estado.
En cuanto a la concepción del Estado, queda patente la diferencia que hay entre el humanismo personalista de la Falange y el totalitarismo estatista del fascismo a poco que se analice el tema. Mientras que la Falange habla del Estado como instrumento totalitario, entendido como de todos, de la totalidad –de otra manera no podría ser un simple instrumento al servicio de otros fines -, para el fascismo, por ser antiindividualista, “el Estado es lo Absoluto, ante lo cual los individuos y los grupos son lo relativo.” Y es que en esta concepción nada humano ni espiritual puede quedar fuera del Estado. Eso sí que es totalitarismo. En cambio para la Falange el Estado es un simple instrumento del que se sirve un nación (para el fascismo la nación la crea el Estado) para *****plir unos fines: el bien común y el destino histórico de la patria. De hecho José Antonio siempre rechazó el panteísmo estatal y la identificación entre el Estado y la Nación.
En cuanto a la violencia, la Falange nunca la defendió como forma de servir a una idea considerada justa, sino como defensa frente a la agresión y como último recurso frente a peligros mayores como la destrucción de la Patria. De otra forma prefería la derrota.
En lo político, la Falange siempre criticó la democracia liberal y sus principios, pero propone otra forma de participación de todos en las tareas del Estado por medio de los cauces naturales de representación, lo que a la postre no deja de ser un modelo mucho más avanzado de democracia participativa, algo completamente ausente del modelo fascista.
Finalmente, en lo económico, no ha habido ideología nacional más revolucionaria que la falangista, y el fascismo nunca pasó de proponer un corporativismo social (buñuelos de viento a decir de José Antonio) que si bien era claramente preferible al liberalismo, no alteraba el fondo del sistema capitalista (las relaciones de trabajo y producción, el interés, etc.), limitándose a armonizar al capital con el trabajo.
Con el nacionalsocialismo las diferencias son aún mayores. El concepto del hombre es aún más dispar, pues a lo ya dicho respecto al fascismo, hay que añadir la discrepancia respecto a su visión etnicista, pagana y anticristiana del ser humano.
Su concepto de nación está basado en la idea racial y es de corte esencialmente romántico, es el nacionalismo puro de la tierra, del determinismo geográfico, etc., muy lejos de la idea falangista esencialmente clásica y antirromántica.
Su visión racista del hombre y de la nación es muy distinta a la visión tradicional y católica de la Falange. Esa interpretación racial está muy lejos de la visión trascendente del hombre y de la Patria entendida como unidad de destino en lo universal, y la Falange se opone radicalmente a cualquier tipo de aborto, -incluido el eugenésico -, depuración de la raza o cosas similares.
Respecto al antisemitismo, nunca ha habido en la Falange tal sentimiento, al menos en cuanto problema racial. Sí sin embargo, aunque sólo de forma muy marginal, en cuanto problema religioso y, sobre todo, sionista. Aunque apenas si hay referencias fuera de Onésimo Redondo.
En lo político, su modelo autoritario dista mucho de la democracia orgánica falangista.
Con el rexismo no hay más contradicciones de las que hay con el nacionalsocialismo, pero llama la atención su intento de compatibilizar su tradicionalismo católico con un nacionalsocialismo que es filosóficamente incompatible. Se trata de una contradicción irresoluble, como el querer mezclar el agua y el aceite.
En lo económico el rexismo es demasiado conservador, siendo su concepto de justicia social muy insuficiente.
Con el legionarismo las diferencias son menores y se centran en el concepto de nación, mucho más telúrico y romántico incluso que el nacionalsocialismo, y su insuficiente e impreciso concepto de justicia social.En lo político su típica concepción autoritaria del poder dista mucho de la democracia orgánica falangista.
Con el justicialismo las diferencias se centran más en su apuesta decidida por el posibilismo, lo que restó profundidad a sus reformas políticas y económicas. En lo económico su sindicalismo se quedó corto y no llegó a desmontar el sistema capitalista, y algo parecido puede decirse en lo político. · Con el sinarquismo las diferencias son mayores, pues su mensaje social es insuficiente, y el político tampoco ofrece grandes novedades. Es una ideología muy interesante, pero mucho más parecida al tradicionalismo que al falangismo.
OTRAS FALANGES
Falange Socialista Boliviana: Fue fundada en 1937 por Oscar Unzaga de la Vega, quien fue asesinado en 1959 a causa de las jornadas revolucionarias de 1958. Su ideología puede resumirse en los siguientes puntos: soberanía y dignidad nacionales; democracia con bienestar social; sociedad solidaria, libre y participativa; integración Latinoamericana y una salida propia al Pacífico; reactivación productiva de la economía; trabajo para todos y salarios dignos; defensa y fortalecimiento de las Empresas Públicas Estratégicas y salud, vivienda y seguridad social para todos. Es un partido que desde 1996 está en un proceso de renovación política e ideológica, cada vez más lejos de su falangismo originario.
Falange Cristiana Libanesa (Kataeb): Fundada por Pierre Gemayel, no se trata de un partido propiamente nacionalsindicalista, pese a tener ciertas ideas “socializantes”, defendiendo la unidad e independencia nacional del Líbano, su identidad “fenicia” y el cristianismo frente al panarabismo musulmán que está acabando con la identidad libanesa. El hijo del fundador, Bashir Gemayel ilusionó a los libaneses cristianos y musulmanes moderados, a quienes aglutinó junto a la Falange en las denominadas Fuerzas Libanesas, siendo elegido Presidente de la República en 1982. Sin embargo, fue asesinado por un agente sirio, sucediéndole su hermano Amin Pierre desde 1982 hasta 1988. Pero el futuro esperanzador que había ofrecido la Falange comenzó a esfumarse cuando, tras el asesinato de Bashir, un presunto falangista que en realidad era agente sirio, Elie Hobeika, utilizó una operación de caza de terroristas palestinos para contravenir las órdenes de su aliado israelí Ariel Sharon –entonces Ministro de Defensa -, cometiendo las masacres de Sabra y Shatila, desprestigiando así a la Falange y a Israel y justificando la lucha palestina en el Líbano y la intervención de Siria. La peculiar actitud proisraelí de la Falange hay que entenderla en un país amenazado por el Islam. Por eso los falangistas libaneses se distanciaron tanto de los españoles, ya que no comprenden nuestro apoyo a la causa palestina que tanto daño les ha hecho a ellos. Al final Israel acabó por abandonar a su suerte a los falangistas, hoy perseguidos en el Líbano y exiliados por todo el mundo.
Christian Falangist Party of America: Fundado en 1985 en los EE.UU., es de tendencia prolibanesa y, por tanto, contrario al falangismo español, al que acusa de defender a los palestinos enemigos de los falangistas libaneses. También rechazan el falangismo español por su denuncia de la política de los EE.UU. y por haber luchado junto a Alemania en la II Guerra Mundial, algo que no comprenden dado que la Falange no debe ser racista. Son firmes defensores de la civilización cristiana occidental, patriotas de los EE.UU., defensores de los valores tradicionales, antiabortistas, antiislamistas, sindicalistas, defensores de volver al sistema monetario del patrón oro, antiinmigración, etc. Entre 1998 y 2000 estuvieron aliados con el American Falangist Party, pero rompieron entre otras cosas por el prohispanismo de este último.
American Falangist Party: Fundado en 1998, es mucho más parecido al falangismo español, defendiendo la idea de la Confederación Americana que aglutine a todas las naciones del continente bajo el signo anglohispánico, bilingüismo incluido. Defiende los valores tradicionales de Dios, Familia y Patria, defendiendo los valores espirituales frente al materialismo y la degeneración moral de la sociedad. Es antirracista y contrario al separatismo en EE.UU., rechazando el aborto y la eutanasia y defendiendo un cristianismo militante y profundamente social. No obstante, es un grupo muy minoritario y sin apenas actividad.
Suuthern Phalange: Grupo surgido en 1999 y muy peculiar. Son independentistas sudistas, pero tan antirracistas, que incluyen grupos negros, hispanos y hasta judíos, aunque defienden el cristianismo y sus valores. Contrarios a la democracia bipartidista de los EE.UU., defienden la confesionalidad del Estado.
Amanecer: Es un grupo que se difunde por el sur de los EE.UU. (especialmente en los estados de California, Tejas, Nevada y Méjico, donde mantienen un periódico con el mismo nombre, así como un sindicato), de profunda impregnación católica y que apadrinado desde fines de los años ochenta por FE-JONS, está dirigido por David M. Miller, exreligioso hoy encarcelado en los EE.UU. Su lema es “Por Dios, el Pan y nuestro Destino” y su patrona es la Virgen de Guadalupe, siendo un grupo profundamente hispanista y social.
Falange Boricua: Fundada y dirigida a fines de los años noventa en Puerto Rico por Walter Lozano, defiende la independencia total de su patria respecto a los EE.UU. (hoy es un Estado libre asociado) y un falangismo muy parecido al español. Alcanzó un gran protagonismo el 5 de mayo de 2000, cuando en la puertorriqueña isla de Vieques trataron de impedir unas maniobras militares estadounidenses. Su acción supuso la deslegalización inmediata de la Falange Boricua y el encarcelamiento de su Jefe Nacional y parte de sus camaradas.
Falange Cubana: Se trata de un reciente grupo poco conocido, dado que vive en la clandestinidad y sus actividades anticastristas impiden conocer sus dimensiones reales, aunque se trata de un grupo muy pequeño.
Falange Venezolana: Es un pequeño grupo de reciente creación, formado por jóvenes falangistas que, dada su oposición al régimen de Hugo Chávez están sufriendo la represión del sistema.
Falange Nacional: Este grupo apareció en Chile en 1935, pero su ideología está bastante alejada del nacionalsindicalismo. De hecho, en es en 1937 cuando adopta el nombre de Falange Nacional –influida por la Falange Española, es verdad- , pero hasta ese momento se llamaba Movimiento Nacional de la Juventud Conservadora, lo que sin duda definía mejor sus ideas corporativistas mucho más cercanas a las de la CEDA española que a las de FE-JONS. De hecho uno de sus dirigentes históricos fue Eduardo Frei, uno de los principales protagonistas de la reconversión de la Falange Nacional en Democracia Cristiana, que es lo que en el fondo fue siempre.
Movimiento Nacionalista Popular: Surgió en Chile meses antes del golpe militar del General Pinochet (1973), por lo que su vida fue efímera. Su fundador y principal dirigente, Eduardo Díaz Herrera era un admirador de FE-JONS, y en 1983 publicó un libro donde elogiaba al que sería Jefe Nacional Diego Márquez. No obstante, la dictadura impediría al MNP su actividad política organizada, y su apoyo crítico, especialmente respecto a la necesidad de una economía no capitalista, de defender los derechos humanos y de la urgencia de una reconciliación nacional, hizo que fuera incomprendido por el régimen y por la oposición, lo que les llevó a su práctica desaparición.
ALGUNOS MOVIMIENTOS ACTUALES
Frente Nacional: Partido nacionalista francés liderado por Jean Marie Le Pen que aglutina a multitud de sectores, desde los más sociales a los más conservadores. Pese a sus éxitos electorales, dada la avanzada edad de su líder tiene a medio plazo un futuro poco claro, pues se trata de un partido muy heterogéneo. Su discurso fundamental se centra en el rechazo a la inmigración masiva, la defensa de la identidad francesa y de su soberanía, reivindicación de los valores tradicionales y de la familia, rechazo de la globalización, denuncia de la inseguridad ciudadana y lucha contra el paro.
Partido Austríaco de la Libertad: Se trata de un partido mucho menos social que el Frente Nacional y mucho más centrado en los temas de inmigración y soberanía nacional. Lo dirige Jorg Haider y actualmente está en la coalición gubernamental. Su ideología es similar a la de otros partidos de Suiza, Noruega, Dinamarca, etc. que están realmente muy lejos de ser tan “fascistas” como los pintan los medios de comunicación.
Movimiento Social Italiano: Nació en 1947 para reivindicar el fascismo de la República Social Italiana, pero Giorgio Almirante comenzó en los años setenta a suavizarlo, algo que su delfín de entonces, Gianfranco Fini, logró al transformarlo en Alianza Nacional, hoy en la coalición de poder junto a Berlusconi, un partido más del sistema que postula un liberalismo remotamente social. Los descontentos fundaron el Movimiento Social – Fianma Tricolore, teóricamente heredero del verdadero MSI, aunque el actual acercamiento a AN resulta un tanto desconcertante.
Forza Nuova: Grupo italiano dirigido por Roberto Fiore y que conjuga las viejas ideas fascistas con el moderno discurso antiglobalización, antiinmigración, etc., desde un punto de vista profundamente católico.
Partido Nacional Democrático: Fundado en los años sesenta en Alemania por Adolf von Thadden, reclama el retorno a las fronteras de 1937, el rechazo a la decadencia moral (divorcio, pornografía, etc.) y a la inmigración, defiende la identidad nacional y rechaza el liberalismo globalizador. Actualmente está dirigido por Udo Voigt y ha logrado evitar su deslegalización al descubrirse que todo era un montaje de los servicios de inteligencia alemanes.
Final Conflict: Es un grupo inglés pequeño y de fuerte inspiración católica. Es nacionalista inglés, no británico, lo que le lleva a defender el derecho de las otras naciones británicas a defender su cultura y su identidad. Es lo que les diferencia del más potente Partido Nacional Británico, además profundamente antieuropeo.
¡VALE QUIEN SIRVE!